viernes, 29 de abril de 2016

¿Cómo elegir la comida de mi mascota?

Hoy en día, puede uno tener una mascota y ser un auténtico profesional en cuanto a su cuidado. Se ha avanzado muchísimo, el mercado se ha especializado y de qué manera, y ahora puede uno hacerse con productos prácticamente personalizados para su compañero cuadrúpedo. Sin ir más lejos, no son pocas las marcas que, aprovechando la condición de omnívoros de los perros y los gatos, ofrecen menús muy concretos para determinadas edades, pesos o incluso razas, por lo que si se apuesta por el alimento seco (en detrimento de la dieta BARF o similar), se puede hilar muy fino. Tanto, que a veces puede ser un dolor de cabeza. Todo lo que sigue son elementos que pueden ser relevantes a la hora de elegir correctamente el alimento (seco) para vuestra mascota:


Una de las claves para que el perro reciba una correcta alimentación pasa por satisfacer sus necesidades energéticas y proteicas diarias, que se calculan mediante la energía metabolizante con el fin de obtener un estado óptimo de su cuerpo. Por supuesto, eso significa que cada animal tendrá unas necesidades distintas en función de su raza y la cantidad de ejercicio que realice. Y hay que andarse con ojo, puesto que normalmente los piensos comerciales aportan mucha (demasiada) proteína, y una mala combinación proteína-energía puede dar pie a problemas de hígado y riñones, así como a un empeoramiento de las deposiciones.

Estado físico

La apariencia óptima de vuestra mascota pasa por un cuerpo sano, atlético. Es decir, que no se le vean las costillas, pero sí se le puedan palpar con los dedos al acariciar su cuerpo. Tanto para ese estado físico, como por debajo (que se le vean las costillas, o peor aún) o por encima (exceso de peso o directamente obesidad) del mismo, hay cantidades y variedades de pienso distintas. Y es que el peso en sí del animal es un factor fundamental a la hora de elegir su comida. Tanto el actual como el que se desea obtener. Cabe recordar que todos los piensos llevan una tabla de raciones diarias que hay que consultar, para adaptar las cantidades diarias en relación al producto y a las necesidades energéticas del animal (por ejemplo, si se trata de piensos de alta gama, la cantidad a servir es menor, puesto que la mascota saca más partido a lo que ingiere).

Edad

n cachorro cuenta con unas necesidades bien distintas de las que puede requerir un perro ya más crecidito (entre uno y cinco años, por ejemplo); que a su vez son distintas de las que convendrán una mascota madura, y que también diferirán de las de una ya senior (edad que tendemos a ver muy lejana en el tiempo; pero un perro empieza a considerarse como senior ya desde los siete años, en lugar de los diez o más que solemos tener en cuenta). Hablamos de exigencias energéticas, así como digestivas o de cuidados de toda índole (pelaje, huesos, articulaciones…), y por ese motivo se dispone en el mercado de una gran cantidad de variedades centradas en uno u otro rangos de edad.

Problemas de salud específicos

Además de cuestiones genéricas, es más que normal toparse con casos de salud delicada, cuyo cuidado pase también por una alimentación correcta. En caso de perros, suele ser habitual encontrarse con problemas dermatológicos, de obesidad, articulares y gastroentéricos (mientras que en un gato podemos toparnos con patologías urinarias o, también, de obesidad). Según el caso, los diferentes piensos se amoldan a tales necesidades mediante un aporte extra de determinadas vitaminas, una variación de la cantidad proteica, o bien recurriendo a ingredientes cuyas propias características puedan ayudar a uno u otro caso.

Perras reproductoras

Otro caso más, ahora de interés específico para criadores (puesto que, como bien sabéis, la venta particular es ilegal y la monta de mascotas por parte de no profesionales moralmente reprobable): durante las nueve semanas de gestación, y durante los dos meses (más o menos) de la posterior lactación, se deberán tener en cuenta sus diversas y muy exigentes necesidades fisiológicas y energéticas. Incluso el número de cachorros (así como peso y edad de la madre) será fundamental a la hora de tener bien alimentado al animal.







Los 13 errores que cometemos en los parques con nuestros perros.

1 - No recoger los excrementos de nuestro perro

Puede parecer un error básico, pero es primordial para que el espacio donde nos encontramos no sea contraproducente para las personas y el resto de perros. Con esta simple "norma de etiqueta" evitaremos que tanto humanos como animales se contagien de graves enfermedades. Hay que recoger siemprelos excrementos del perro, no valen distracciones, ni excusas del tipo "es que estaba hablando y no me di cuenta". Tenemos que controlarle siempre y acudir cuando haga sus deposiciones.

2 - Fallar en la educación básica del perro

Antes de dejar suelto a nuestro perro, debemos estar seguros de que podemos controlarle desde la distancia: no tener duda alguna de que no se escapará, no molestará a otras personas, y de que vendrá a nuestra llamada en cualquier situación (dejando lo que esté haciendo). También tenemos que saber que no tiene problemas de agresividad hacia otros perros o personas. Todo ello es básico para que nuestra mascota pueda sociabilizarse de forma adecuada.

3 - Hacer del parque un lugar para ejercitar al perro

Puede sonar extraño, pero soltar a nuestra mascota en un parque donde ya hay otros perros, y hacerlo nada más llegar, después de que se haya pasado un buen número de horas solo en casa... no es una buena idea. El animal se encuentra en un estado de excitación, y la irrupción en el grupo puede ser problemática: se pueden iniciar episodios de "caza" hacia otros perros, que pueden desembocar en peleas. Por ello, intentemos que antes de nada, haya liberado ya buena parte de su energía contenida. El ejercicio previo puede ayudarle a comportarse mejor.

4 - No detectar a tiempo a perros groseros

Todos hemos tenido que lidiar con personas sin modales, gritonas, maleducadas… gente, y lo tenemos claro a los 30 segundos, con quien no nos gusta estar; pues con los perros pasa exactamente lo mismo: son animales que tienen un protocolo para presentarse y relacionarse entre sí (las llamadas señales de calma). Si uno de ellos lo ignora, el resto lo puede interpretar como una grosería, dando lugar a una pelea. Esto aplica tanto a los perros que hay en el parque como al nuestro: si vemos que uno no deja de incordiar a otro, es bruto, no para de ladrarle… es nuestra responsabilidad detener enseguida dicho comportamiento. Si no lo conseguimos, o vemos que los otros "pasan de todo", nos iremos del parque. Mejor irse que arrepentirse.

5 - Llevar a nuestra mascota atada para que juegue con otros perros sueltos

Los nuevos propietarios de perros suelen llevar a su mascota al parque para que interactúe con otros animales, pero no siempre están seguros de dejarla suelta. Pues bien, unos y otros no deberían relacionarse: un perro atado se siente más inseguro porque no puede escapar, lo que puede ser motivo de pelea. Por su parte, las correas extensibles son extremadamente peligrosas, puesto que tanto humanos como perros pueden resultar heridos en caso de que la situación se descontrole.

6 - Llevar a nuestra perra en celo o preñada

Aquí no hay mucho que decir: no debería de suceder, y punto. Pero sucede. Una hembra en celo descontrola a un grupo de perros en el parque, y puede producir situaciones de agresividad entre los machos. Y si la perra está embarazada, puede ser peligroso tanto para ella como para los cachorros.

7 - Permitir que perros pequeños jueguen con grandes

Un perro pequeño puede ser visto como una presa por parte de uno grande, por lo que puede dar pie a una persecución de consecuencias desastrosas. No olvidemos que uno puede llegar a ser hasta 10, 15 veces más grande que el otro, por lo que cualquier caída, golpe, o percance voluntario o no, puede resultar fatal para nuestro amigo peludo. Por cierto, si tienes un perro pequeño nunca lo cojas en brazos al acercarte a un grupo de otras mascotas, éstas se pueden sentir excitadas y se pueden abalanzar sobre ti, propinándote golpes y mordeduras.

8 - Llevar a un perro que no responde a nuestra llamada

Nuestro perro deberá responder siempre a nuestra llamada y dejar de hacer lo que en ese momento esté haciendo (juego, pelea…) para atender a nuestro requerimiento. Si vemos que la situación se está "caldeando" entre dos o más animales, cada propietario debe llamar a su perro y terminar con esa posible situación comprometida al instante. Un perro suelto no debe ser sinónimo de descontrol, de la misma manera que un perro atado no siempre es sinónimo de control.

9 - Dejar que nuestro perro incordie a otros

Es bueno que los perros se inciten para jugar entre ellos, con ciertos movimientos con los que parece que digan "venga, juega conmigo". Pero tenemos que evitar que se hagan pesados: si un animal incita repetidamente a otro a jugar, pero este último no le sigue la corriente, se lo hará saber huyendo de él, ignorándolo o con algún gruñido o ladrido. En ese instante, tenemos que detener al primero antes de que sea tarde, puesto que si dejamos que siga incordiando, el segundo puede recurrir a métodos más expeditivos.

10 - Dejar que los perros se las arreglen solos

Cuántas veces hemos oído la frase: "déjalos, entre ellos ya se marcan para ver quién manda, no pasa nada". Bien, pues es lo peor que podemos hacer. Los perros saben (o deberían saber) relacionarse y ellos, y comportarse. Pero no siempre es así, por lo que tenemos que estar siempre pendientes de nuestras mascotas y detectar posibles situaciones comprometidas o peligrosas que puedan desencadenar una pelea. Para evitar cualquier problema a tiempo, ante un propietario que piense que "se arreglan solos", mejor irse del parque.
Los 13 errores que cometemos en los parques con nuestros perrosLos 13 errores que cometemos en los parques con nuestros perros

11 - Llevar a un perro con agresividad por pertenencia

Si nuestro perro es receloso con las cosas que le pertenecen, o se apropia de los juguetes de los demás mostrando un comportamiento agresivo, debemos evitar ir al parque hay más animales en él. En su lugar, jugaremos con él en solitario hasta que corrijamos esas conductas completamente. Lo mismo ocurre si es sobreprotector con nosotros y responde con violencia al acercarse otros perros.

12 - Ponernos a hablar con otros propietarios y no supervisar nuestro perro

Cuando estamos con otros perros la prioridad número uno es vigilar al nuestro. ¿Qué haríais si vuestro hijo estuviera en el parque con otros niños? Estarías vigilando que no comiera arena o cualquier objeto, que no pegara a nadie, que no se subiera a ningún sitio peligroso, etcétera. Pues lo mismo aplica a las mascotas. Muchos creen que dejando a su perro en un recinto vallado (o sin vallar, pero en todo caso destinado a los animales) ya pueden desentenderse. Si queréis hablar, id a un bar, no lo hagáis mientras paseáis a vuestra mascota.

13 - Estar más pendiente del móvil que de nuestro perro

Todo lo comentado hace un momento aplica aquí: no debemos desatender a nuestro perro por estar distraídos con el móvil, puesto que sabrá que no estamos pendientes de él y hará todo lo que normalmente no le permitimos. Evitemos que otras personas cuiden de nuestra mascota porque estemos con el móvil o de cháchara en el parque.

Si todos seguimos estos sencillos consejos, tanto nuestro perro como nosotros seremos más felices y evitaremos situaciones de las que nos podamos estar arrepintiendo toda nuestra vida. Prestarle atención a nuestra mascota, jugar e interactuar con ella, reforzará nuestro vínculo.
No olvidéis que cuando nuestro perro está suelto en el parque, debe ser nuestra principal preocupación. De lo contrario, seguramente tengamos problemas.
Estar en el parque junto a otros animales, debe ser una actividad placentera, tanto para nosotros como para nuestro amigo. Si no lo es (por la razón que sea)... mejor irnos a otro lugar para disfrutar el uno del otro sin problemas.
¿Y tú, qué opinas?

5 enfermedades comunes en perros que pueden ser causadas por una alimentación inadecuado

Una alimentación de alta calidad, sana y equilibrada es fundamental para la salud de nuestro perro. Tal y como ocurre con nosotros, los humanos, donde se suele decir aquello de “somos lo que comemos” con nuestras mascotas ocurre exactamente lo mismo. 
A continuación te mostramos algunas enfermedades comunes que sufren los perros que pueden verse directamente afectadas por su dieta.

OBESIDAD

La obesidad puede ser considerada como una epidemia en nuestro tiempos. Tanto en humanos como en perros. Se estima que entre el 20-30% de los perros en España sufre de obesidad. O lo que es lo mismo: cerca de 1,5 millones de perros. 
Los perros que sufren de obesidad son más propensos a sufrir artritis, diabetes, problemas de hipertensión y cáncer. Además la esperanza de vida disminuye en perros obesos.
Otro dato alarmante: los propietarios del 90% de las mascotas clasificadas como obesas por un veterinario pensaban que su perro estaba en su peso ideal.
Es muy importante prestar atención a las calorías de la comida, que aunque son importantes y necesarias en la dieta, una ingesta desmesurada de las mismas puede propiciar la obesidad. Es imprescinidible escoger una alimentación adecuada al ritmo de vida del animal, intentar en lo posible que haga ejercicio cada día, y procurarle un estilo de vida sano y equilibrado.

5 enfermedades comunes en perros que pueden ser causadas por una alimentación inadecuada Comentar (8)

Una alimentación de alta calidad, sana y equilibrada es fundamental para la salud de nuestro perro. Tal y como ocurre con nosotros, los humanos, donde se suele decir aquello de “somos lo que comemos” con nuestras mascotas ocurre exactamente lo mismo. 
A continuación te mostramos algunas enfermedades comunes que sufren los perros que pueden verse directamente afectadas por su dieta.

OBESIDAD

La obesidad puede ser considerada como una epidemia en nuestro tiempos. Tanto en humanos como en perros. Se estima que entre el 20-30% de los perros en España sufre de obesidad. O lo que es lo mismo: cerca de 1,5 millones de perros. 
Los perros que sufren de obesidad son más propensos a sufrir artritis, diabetes, problemas de hipertensión y cáncer. Además la esperanza de vida disminuye en perros obesos.
Otro dato alarmante: los propietarios del 90% de las mascotas clasificadas como obesas por un veterinario pensaban que su perro estaba en su peso ideal.
Es muy importante prestar atención a las calorías de la comida, que aunque son importantes y necesarias en la dieta, una ingesta desmesurada de las mismas puede propiciar la obesidad. Es imprescinidible escoger una alimentación adecuada al ritmo de vida del animal, intentar en lo posible que haga ejercicio cada día, y procurarle un estilo de vida sano y equilibrado.

Obesidad en Perros

PANCREATITIS

La pancreatitits se desarrolla cuando el páncreas se inflama, pudiendo causar que encimas digestivas sean vertidas en la cavidad abdominal. Si esto ocurre, las encimas destruyen la grasa y las proteínas de otros órganos  así como del propio páncreas. Se asocia la pancreatitits con el consumo excesivo de grasas en la alimentación. Si sospechas que tu perro pueda sufrir pancreatitis debido al consumo excesivo de grasas es necesario que consultes a tu veterinario. Si tu perro sufre pancreatitis se recomienda una dieta suave, baja en grasas y de fácil digestión.

PIEDRAS EN LA VEJIGA

La creación de piedras en la vejiga no se produce siempre de la misma forma. Las piedras pueden estar compuestas por diferentes tipos de minerales y otras substancias: pueden estar compuestas por calcio, magnesio o fósforo. 
Al principio las piedras son muy pequeñas pero van creciendo y provocando diversos accidentes urinarios como cambio de color en la orina, dificultad al orinar, dolor. Consulta con tu veterinario si sospechas que tu perro puede tener piedras en la vejiga. Existen dietas para intentar disolver las piedras y en caso de que no sea posible será necesaria una intervención quirúrgica. Para evitar la formación de piedras en la vejiga se aconsejan dietas bajas en calcio y fósforo. Consulta con tu veterinario cualquier duda que tengas al respecto.

PROBLEMAS CARDÍACOS

A menudo los perros sufren problemas de corazón de la misma forma que nos pasa a los humanos. Un factor clave en los problemas de corazón en perros es la ingesta de sodio (sal). Un nivel elevado de sodio en sangre provoca retención de líquidos e hipertensión.  A medida que la presión sanguínea aumenta, el corazón debe dilatarse para ser capaz de bombear toda la sangre extra que le llega desde los ventrículos.
Si alguna vez has probado la comida que come tu perro habrás observado que está totalmente sosa y peca de falta de sabor. Por este motivo no es bueno darle de comer nuestras sobras alimenticias puesto que tienen contenidos de sodio elevados para ellos. Si alimentas a tu perro con las sobras de la comida o bien ingiere comida alta en sodio acude a tu veterinario para pasar a una dieta baja en sodio lo antes posible.